MARÍA Y LA RESURRECCIÓN

María en la Iglesia
Es de suma importancia constatar el papel fundamental de María en la Iglesia, en primer lugar hay que entender que María no es un personaje del pasado, sino que es contemporánea de todas las generaciones que la suceden.
 
Podríamos meternos y analizar los sentimientos del pueblo cristiano respecto a María, y no solamente de épocas pasadas, sino también hoy.  Meditemos por ejemplo tantas y tantas peregrinaciones a santuarios marianos, por ejemplo aquí en nuestro país “La Basílica de Guadalupe”; el pueblo se reúne para orar, escuchar la Palabra de Dios, encontrarse con Nuestro Señor en la Santa Misa, experimentamos consuelo y ternura de parte de Dios a través de la persona de María.
 
Quise meditar un poco sobre la persona de María en la Iglesia, para darnos cuenta de que ella siempre está ligada a Jesús, siempre participa con Jesús, ella nos lleva a Jesús y siempre ha sido testigo fiel y primero de su Hijo Jesucristo.
 
Apariciones de María en la Biblia
​María siempre aparece en la obra salvadora de Jesús, siempre aparece en la historia de nuestra Salvación, veamos algunas apariciones que la Sagrada Escritura nos presenta:
 
• Anunciación (Lc. 1, 26-38)
• La visita a Isabel (Lc. 1, 39-56)
• Nacimiento de Jesús (Lc. 2, 4-7)
• La profecía de sufrimiento (Lc. 2,33-35)
• La huida a Egipto (Mt. 2, 13-23)
• En la adolescencia de Jesús (Lc. 2, 41-51)
• Bodas de Cana (Jn. 2, 1-12)
• Crucifixión (Jn. 19, 26-27)
 
En estos pasajes de la Sagrada Escritura, nos damos cuenta como María siempre ha estado con Jesús, desde la anunciación hasta la Crucifixión lo podemos ver, pero hay algo muy importante que tenemos que preguntarnos, y es lo siguiente ¿Se aparecería Jesús a su Madre después de la Resurrección? Esta pregunta la medito, debido a que no aparece algún texto bíblico que nos lo indique.
 
¿Se apareció Jesús a su madre después de la Resurrección?
 
La fe y la tradición
Después de que Jesús fue colocado en el sepulcro, la santísima Virgen María, es la única que mantiene viva la llama de la fe, toda una  preparación para recibir con alegría y recogimiento, el anuncio gozoso de la Resurrección de su Hijo Jesús.
 
María nos da una gran enseñanza en su espera, esa experiencia del sábado santo es uno de los momentos más elevados de su fe, mientras la humanidad está envuelta en la obscuridad, ella tiene plena confianza en el Dios de la vida, en el Dios que viene a salvarnos, confía plenamente en el cumplimiento de las promesas divinas.
 
La promesa de Dios se cumplió, Jesús resucitó; se apareció a los discípulos y a algunas mujeres, lo podemos constatar  en la Sagrada Escritura.
 
Los evangelios refieren varias apariciones del Resucitado, por ejemplo:
 
“Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán” (Mt. 28,10).
 
Aunque los mismos Evangelios no hablan del encuentro de Jesús con su madre. Este silencio no debe llevarnos a la conclusión de que después de su resurrección, Cristo no se apareció a María; al contrario, nos motiva e invita a tratar de descubrir los motivos por los cuales los evangelistas no lo refieren.
 
Podemos hablar incluso de manera evidente de otras apariciones del Señor Resucitado, que aunque hayan sido notorias y reales, no quedaron escritas. No todo lo escribieron los evangelistas, aunque hayan sido hechos excepcionales.
 
La misma fe nos invita a meditar sobre esa relación tan cercana de Jesús a su Madre, ella siempre presente en los acontecimientos importantes de su Hijo Jesús; ¿cómo podría ser posible que Jesús no se le haya aparecido?
 
Hablado verosímilmente podemos decir que Jesús se apareció en primer lugar a su Madre, esto resulta creíble y termina siendo congruente dentro del contexto.
 
Podemos tener  en cuenta la ausencia de María en el grupo de aquellas mujeres que en la mañana se dirigieron al Sepulcro, esto podría ser un indicio que María ya se había encontrado con su Hijo; la fe nos lleva a deducir que María fue la primera a la que se le apareció su Hijo Resucitado, ella la más fiel y en las pruebas difíciles se mantuvo firme en la fe.
 
En el plano de la tradición, hay un autor del siglo V, Sedulio el cual nos habla del acontecimiento:
 
Sostiene que Cristo se manifestó en el esplendor de la vida resucitada ante todo a su madre. En efecto, ella, que en la Anunciación fue el camino de su ingreso en el mundo, estaba llamada a difundir la maravillosa noticia de la resurrección, para anunciar su gloriosa venida. Así inundada por la gloria del Resucitado, ella anticipa el "resplandor" de la Iglesia.
 
Bien sabemos que la Virgen Santísima es modelo e imagen de la Iglesia, el Papa Pablo VI decía que: “María es la Imagen Perfecta de la Iglesia”; ella espera a su Hijo Resucitado y en el grupo de los discípulos se encuentra con él durante las apariciones pascuales; María al acoger a su Hijo Resucitado, es anticipación de la humanidad que espera la realización por medio de la resurrección de los muertos.
 
María completa así su participación en los momentos importantes del misterio pascual, siendo testigo privilegiada de la resurrección de su Hijo.
 
Invitemos a María todos juntos como comunidad cristiana a alegrarse diciéndole:
 
 

"Regina caeli, laetare. Alleluia"
"¡Reina del cielo, alégrate. Aleluya!"